sábado, 30 de junio de 2007

Poker: Jennifer Harman

A pesar de que en todos los ámbitos se intenta igualar la presencia de hombres y mujeres, el poker continúa siendo un dominio casi exclusivo del sector masculino, en el que sólo unas pocas mujeres consiguen hacerse un hueco entre los mejores.

Entre las jugadoras profesionales más importantes se encuentran algunas míticas en la historia de este juego, como Annie Duke, Jennifer Harman, Isabelle Mercier, Mimi Tran o Kathy Liebert, aunque cada vez hay más chicas jóvenes que aspiran a vivir del poker y no sólo tenerlo como una afición.

La americana
Jennifer Harman es una de las jugadoras profesionales más respetadas y la más asidua en los grandes torneos y mesas de apuestas altas de Las Vegas, demostrando en cada partida una extraordinaria inteligencia y una gran seguridad a la hora de jugar. Su mérito aumenta si tenemos en cuenta la presión de enfrentarse a un 95% de hombres en la mayoría de los torneos, que son unisex, y cuyos participantes están ansiosos por demostrar su superioridad ante las pocas mujeres del circuito profesional. Ella misma comenta que gana fácilmente a muchos hombres porque no la creen capaz de superarlos en la mesa y subestiman sus capacidades haciendo continuos faroles.

Jennifer Harman, nacida en Reno (Nevada, EEUU) en 1964 empezó a jugar al poker siendo una niña, granjeándose la enemistad de su padre cuando decidió dedicarse a ello de modo profesional. A pesar del desacuerdo de su familia ha demostrado que su lugar estaba precisamente en el mundo del poker, convirtiéndose en la única mujer que ha ganado dos brazaletes en las
Series Mundiales de Poker (WSOP). Sus ganancias en torneos oficiales superan ya el millón y medio de dólares, situándose en el segundo puesto de la lista femenina tras Kathy Liebert, quien a su vez es la única mujer que figura en el top 100 de esa categoría.

En la faceta personal, la jugadora mantiene una lucha desde hace años con una enfermedad de riñón que la ha obligado a pasar dos veces por el quirófano para someterse a sendos transplantes. Estos problemas de salud la han mantenido alejada del circuito en algunos momentos de su carrera, aunque siempre ha vuelto con actitud positiva y buen juego. Y como no podía ser de otro modo, está casada con un profesional de poker, el italiano Marco Traniello, que era peluquero antes de conocer a su actual esposa en el aparcamiento de un casino estadounidense en 1999 (sí, hay tema para una película y todo). Dentro del mundo del poker otro de sus grandes amigos es Daniel Negreanu, que también se encuentra entre mis jugadores favoritos.

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